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Decálogo para rehabilitar las fachadas

Rehabilitación de la fachada de un edificio

Acometer la rehabilitación de la fachada no es solo pintar la fachada de un edificio, es una medida de especial transcendencia, por ello, desde AFELMA (Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes) han elaborado 10 claves para ayudar a tomar la decisión más adecuada y para realizarlo sin que ocasione futuros problemas.

Remodelación de fachadaLa fachadas suelen ser el elemento de la envolvente térmica con mayor superficie expuesta a los agentes externos, por lo que deben aportar al cerramiento aislamiento térmico, acústico, protección pasiva frente al fuego, impermeabilización frente al agua de lluvia y transpirabilidad frente al vapor de agua La mejora del aislamiento térmico supone ahorros energéticos, económicos y de emisiones de CO2 del 30% e, incluso, de más del 50% como demostró un aislamiento óptimo en la rehabilitación del edificio de Los Ángeles en Madrid, impulsado por WWF. Según los datos del INE, el 58% de viviendas están construidas sin ninguna exigencia térmica y un 68% sin exigencias acústicas. Estos porcentajes se elevan al 93% si se tienen en cuenta las viviendas construidas antes de la entrada en vigor del CTE, inicio de exigencias dignas de tal nombre.

Hay tres formas de realizar la rehabilitación de las fachadas. La primera, con un aislamiento de lana mineral por el exterior mediante una fachada ventilada, o un sistema de aislamiento térmico por el exterior (SATE). La segunda técnica consiste en añadir lana mineral por el interior, mediante trasdosados de fábrica o autoportantes de placas de yeso laminado sobre perfiles metálicos. La tercera forma de realizarlo es rellenando la cámara con lana mineral mediante insuflado.

Técnicamente las actuaciones por el exterior de las fachadas son las más eficientes, ya que minimizan los puentes térmicos de los frentes de forjado, pero también las más complejas de realizar y requieren la aprobación de las comunidades de propietarios.

El aislamiento por el interior, es una buena alternativa, con la ventaja de que minimizan las transmisiones acústicas laterales entre recintos yuxtapuestos en la misma planta o superpuestos en plantas sucesivas, pero hay que considerar la pérdida de superficie útil en las viviendas.

Rellenar la cámara con aislamiento térmico es una alternativa a las dos anteriores, que mejora el aislamiento térmico de la vivienda. Tiene como ventajas que la instalación es fácil, rápida y económica, no se pierde espacio útil y se puede hacer de forma individual. En España, más de 6 millones de viviendas fueron construidas entre los años 1950 y 1980, de las cuales, un porcentaje muy elevado tienen fachadas de doble hoja con cámara sin ningún tipo de aislamiento térmico y por tanto susceptibles de ser rehabilitadas, mejorando considerablemente su eficiencia energética y el confort de sus usuarios.

El relleno de las cámaras por insuflado requiere, por un lado, evaluar la impermeabilización y estanquidad al aire de la fachada, reparando posibles fisuras o grietas de la fachada; evaluar el estado de la cámara: debe ser de al menos 4 cm de ancho, sin rebabas y sin residuos; y, por último, seguir las directrices del fabricante durante la instalación del aislamiento térmico. Este método consiste en insuflar la lana mineral, con máquinas específicas, por el exterior o por el interior de la vivienda, permitiendo un control exhaustivo de la intervención mediante cámaras termográficas, sondas endoscópicas, sensores, herramientas de cálculo, toberas y controles de ejecución.

El material aislante térmico para rellenar la cámara debe ser no hidrófilos, es decir, de baja absorción de agua, dado que la fachada estará sometida a las inclemencias climatológicas. Si no fuera así, el producto aislante podría humedecerse, perdiendo propiedades térmicas y transfiriendo humedades al interior de la vivienda.

Según el DB-HS1 es "no hidrófilo", aquel material "aislante que tiene una succión o absorción de agua a corto plazo por inmersión parcial menor que 1kg/m2 según ensayo UNE-EN 1609:1997 o una absorción de agua a largo plazo por inmersión total menor que el 5% según ensayo UNE-EN 12087:1997". Las lanas minerales clasificadas WS en el código de designación del marcado CE responden a este criterio.

Algunas formas de rehabilitación de fachadas pueden provocar efecto chimenea y propagar con rapidez el fuego, de ahí que sea recomendable que, en caso de fachadas ventiladas o relleno, los materiales aislantes sean incombustibles, es decir, A1. Sirva de ejemplo de la importancia de esta propiedad el incendio en el aislamiento de este edificio de viviendas.

Hay que comprobar el riesgo de condensaciones superficiales e intersticiales, asegurando que en caso de que pudieran producirse condensaciones internas puntuales, la cantidad de agua acumulada en cada periodo anual no sea superior a la cantidad susceptible de ser evaporada en el mismo periodo Las lanas minerales aislantes son un material reconocido internacionalmente como aislante térmico, aislante acústico, incombustible y no hidrófilo.

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